La administración Trump está desmantelando sistemáticamente el Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR), una importante institución científica climática a nivel mundial, en una medida que los expertos describen como una reminiscencia de la supresión estalinista de las opiniones científicas disidentes. Esta acción, anunciada a través de X (antes Twitter) por el director de la Oficina de Gestión y Presupuesto, Russell Vought, marca una peligrosa escalada en la campaña de la administración contra la ciencia climática.
Paralelos históricos: el lysenkoísmo y la purga de la ciencia
Las acciones de la administración reflejan el caso histórico de Trofim Lysenko en la Unión Soviética. Lysenko, un pseudocientífico favorecido por Stalin, promovió teorías agrícolas desacreditadas que provocaron una hambruna generalizada en la década de 1930. Los científicos que se oponían a Lysenko fueron perseguidos, encarcelados y ejecutados. Si bien la administración Trump no ha recurrido a la violencia física, sus políticas socavan activamente la investigación climática y silencian las voces disidentes.
Destrucción selectiva de infraestructura científica
El cierre de NCAR es parte de un esfuerzo más amplio para eliminar la investigación climática financiada por el gobierno. Vought, el arquitecto de esta campaña, describió anteriormente planes para retirar fondos a casi todos los programas gubernamentales relacionados con el clima en su manifiesto Proyecto 2025. Aunque el Congreso bloqueó parcialmente recortes presupuestarios anteriores, se espera que la administración renueve estos esfuerzos.
Vínculos financieros e intereses en combustibles fósiles
Los motivos de la administración están estrechamente relacionados con el apoyo financiero de la industria del petróleo y el gas, que ha donado al menos 75 millones de dólares a las campañas presidenciales de Trump. A cambio, la administración está promoviendo activamente la expansión de los combustibles fósiles y protegiendo a los ejecutivos del sector energético de la responsabilidad por el daño climático.
Impacto en los científicos y la investigación
Las consecuencias ya son visibles: menos científicos del clima asisten a conferencias importantes como la reunión de la Unión Geofísica Estadounidense, ya que muchos investigadores financiados con fondos federales han perdido sus empleos o han visto recortados sus presupuestos. La administración incluso ha encargado informes sesgados, como uno publicado por el Departamento de Energía, que intentaba restar importancia a los impactos del cambio climático.
Refutación y resistencia científica
Sin embargo, los esfuerzos de la administración por reescribir la ciencia climática han encontrado resistencia. Más de 85 científicos del clima desacreditaron ampliamente el informe del Departamento de Energía en septiembre, exponiendo errores fundamentales y manipulación de datos basada en políticas. La Academia Nacional de Ciencias reafirmó el abrumador consenso científico sobre el cambio climático causado por el hombre, socavando el intento de la administración de revocar el “hallazgo de peligro” de la Corte Suprema (que requiere regulación de los gases de efecto invernadero).
Conclusión
Las acciones de la administración Trump representan un ataque deliberado a la integridad científica y un desprecio imprudente por la realidad climática. Al suprimir la investigación y promover la desinformación, la administración está acelerando los riesgos climáticos y poniendo en peligro el bienestar global, actuando, como concluyen los autores, como si la destrucción de la Biblioteca de Alejandría fuera un manual de estrategia en lugar de una advertencia.
