Encelado, una de las muchas lunas de Saturno, se considera una de las principales candidatas en la búsqueda de vida extraterrestre. Una nueva investigación sugiere que este mundo helado podría albergar un océano sorprendentemente estable capaz de sustentar vida, aumentando aún más su potencial como oasis alienígena.
Los científicos creyeron durante mucho tiempo que Encelado era geológicamente activo principalmente en su polo sur, donde enormes columnas de vapor de agua y hielo brotan de fisuras en la superficie, insinuando un vasto océano de agua salada debajo de su capa helada. Se cree que este océano se calienta por las fuerzas de marea generadas por la gravedad de Saturno mientras Encelado orbita, ofreciendo una mezcla intrigante de agua líquida, calor y moléculas orgánicas, ingredientes clave para la vida tal como la conocemos.
Sin embargo, la existencia de este potencial refugio para la vida depende de un delicado equilibrio: suficiente calor proveniente de las fuerzas de las mareas para mantener el océano líquido, pero no tanto como para que se evapore o desestabilice su entorno. Anteriormente, las mediciones de pérdida de calor se limitaban al polo sur. Ahora, los científicos han encontrado evidencia de un calor significativo emanando del polo norte de Encelado, revirtiendo suposiciones anteriores acerca de que esta región era geológicamente inactiva.
Utilizando datos de la nave espacial Cassini de la NASA, los investigadores compararon observaciones infrarrojas del polo norte de Encelado durante el invierno y el verano. Estas mediciones revelaron temperaturas superficiales inesperadamente más cálidas de lo esperado según el ambiente gélido de la luna. Esta anomalía apunta a que el calor se irradia hacia afuera desde un océano cálido bajo la superficie.
El equipo estimó el flujo de calor del polo norte en alrededor de 46 milivatios por metro cuadrado; aunque aparentemente pequeño, es comparable a la pérdida de calor de la corteza continental de la Tierra. En toda la Luna, esta pérdida de calor por conducción asciende a aproximadamente 35 gigavatios, lo que se suma al calor previamente estimado que se escapa del polo sur.
La cifra total de pérdida de calor global de Encelado se sitúa ahora en alrededor de 54 gigavatios, sorprendentemente cerca de la cantidad prevista generada por las fuerzas de las mareas. Esta estrecha coincidencia sugiere que el océano subterráneo de Encelado se encuentra efectivamente en un equilibrio térmico a largo plazo, capaz de permanecer líquido durante extensos períodos y proporcionar un entorno potencialmente habitable para la vida.
“Comprender cuánto calor pierde Encelado a nivel global es crucial para saber si puede albergar vida”, explica la Dra. Carly Howett de la Universidad de Oxford y el Instituto de Ciencias Planetarias, autora principal del estudio. “Este nuevo resultado respalda firmemente la sostenibilidad a largo plazo del océano de Encelado, un ingrediente clave para que la vida surja y potencialmente prospere”.
Si bien este descubrimiento es inmensamente alentador, todavía quedan misterios por desentrañar. Los investigadores están ansiosos por determinar la edad del océano de Encelado, ya que su longevidad impacta directamente en la posibilidad de que surja vida en su interior.
Además, los datos térmicos de Cassini han permitido a los científicos refinar las estimaciones del espesor de la capa de hielo de la luna, un factor vital para futuras misiones que planeen explorar el océano de Encelado directamente, tal vez con módulos de aterrizaje robóticos o sumergibles. Este estudio sugiere que la capa de hielo tiene entre 20 y 28 kilómetros de profundidad, un poco más gruesa que las estimaciones anteriores.
Esta investigación destaca el poder de las misiones de exploración planetaria a largo plazo como Cassini para revelar detalles ocultos sobre los cuerpos celestes. Los datos recopilados durante décadas pueden revelar secretos que tal vez no hubieran sido evidentes inicialmente, ampliando los límites de nuestra comprensión de los entornos habitables más allá de la Tierra.
