Calentamiento profundo del Ártico: incluso las profundidades del océano sienten el cambio climático

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El Océano Ártico, considerado durante mucho tiempo una de las últimas fronteras de la Tierra contra el rápido calentamiento, ahora está experimentando aumentos significativos de temperatura incluso a profundidades extremas. Investigaciones recientes revelan que el agua más cálida del Atlántico que fluye cerca de Groenlandia está calentando las partes más profundas del Ártico, desafiando las suposiciones anteriores sobre el alcance del cambio climático.

La escala del calentamiento

Durante décadas, la reducción del hielo marino del Ártico (aproximadamente un 40% en las últimas cuatro décadas debido al calentamiento atmosférico) fue el principal signo visible de estrés climático en la región. Sin embargo, un nuevo análisis realizado por investigadores de la Universidad Oceánica de China, utilizando datos recopilados de expediciones rompehielos, muestra que el calentamiento está penetrando ahora mucho más profundamente de lo que se pensaba anteriormente.

En la cuenca euroasiática, una de las dos divisiones principales del Océano Ártico, las aguas de entre 1.500 y 2.600 metros de profundidad se han calentado 0,074°C desde 1990. Si bien esto parece pequeño, esto representa una transferencia de energía masiva: casi 500 billones de megajulios. Para poner esto en perspectiva, esa energía, si se concentra en la superficie, podría derretir hasta un tercio de la extensión mínima de hielo marino del Ártico.

“Las profundidades del océano son mucho más activas de lo que pensábamos”, señala Xianyao Chen, investigador del equipo. “Pensé que las profundidades del océano podrían estar calentándose, pero no tan rápido”.

Cómo ocurre el calentamiento

El Océano Ártico está dividido por una cadena montañosa submarina que se extiende desde Groenlandia hasta Siberia. La cuenca euroasiática es particularmente vulnerable porque recibe agua más cálida del Atlántico a través de una extensión de la Circulación Meridional de Inversión del Atlántico (AMOC), un importante sistema de corrientes oceánicas. A medida que el agua de mar se congela, se expulsa la sal, creando agua densa y que se hunde y lleva este calor a las profundidades.

El calor geotérmico del núcleo de la Tierra también desempeña un papel en el calentamiento de estas aguas profundas. Sin embargo, un factor clave es el acelerado derretimiento de la capa de hielo de Groenlandia. Esto introduce agua dulce en la cuenca de Groenlandia, lo que frena el hundimiento de agua fría y salada que anteriormente ayudaba a compensar el calentamiento desde abajo. Como resultado, la temperatura de las aguas profundas de la cuenca de Groenlandia ha aumentado rápidamente: de -1,1°C a -0,7°C.

Por qué esto es importante

Este calentamiento no es simplemente un fenómeno aislado. El efecto combinado del calor geotérmico, el hundimiento del agua del Atlántico y el enfriamiento reducido de Groenlandia está creando un circuito de retroalimentación que amplifica el calentamiento en las profundidades del Océano Ártico.

Los investigadores advierten que esto podría eventualmente contribuir a un mayor derretimiento del hielo marino o incluso descongelar el permafrost submarino. Fundamentalmente, este permafrost contiene clatratos de metano, depósitos similares al hielo que, si se perturban, podrían liberar grandes cantidades de metano a la atmósfera. La liberación de metano, un potente gas de efecto invernadero, podría acelerar el calentamiento global a un ritmo peligroso, y algunos científicos vinculan eventos similares con extinciones masivas pasadas, como la extinción del Pérmico.

Este descubrimiento subraya que el cambio climático está afectando incluso a las partes más remotas y anteriormente estables de nuestro planeta, lo que destaca la urgencia de los esfuerzos globales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Las profundidades del océano Ártico, que alguna vez se consideraron aisladas de los cambios rápidos, ahora están plenamente implicadas en la crisis climática que se desarrolla.