La Asociación Estadounidense del Corazón (AHA) ha reavivado el debate al publicar una revisión científica que sugiere que el consumo ligero a moderado de alcohol (definido como hasta dos tragos por día) no eleva el riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular o muerte súbita cardíaca. De hecho, el informe sugiere que incluso puede reducir la probabilidad de desarrollar estas condiciones. Este hallazgo, publicado en la revista Circulation de la AHA, llega en medio de un creciente escepticismo sobre los efectos generales del alcohol en la salud y una creciente evidencia de los daños potenciales incluso del consumo en niveles bajos.
El debate resurgido
Durante años, la idea de que beber con moderación podría ofrecer algunos beneficios cardiovasculares fue ampliamente aceptada, aunque cada vez más cuestionada por investigaciones más recientes. Estudios más recientes han enfatizado que cualquier nivel de consumo de alcohol conlleva riesgos, incluida una mayor probabilidad de cáncer y otros problemas de salud. La revisión de la AHA contradice directamente este creciente consenso. Las organizaciones de salud pública, como la Red Europea del Corazón y la Federación Mundial del Corazón, ahora desaconsejan enfáticamente incluso el consumo moderado de alcohol, citando mayores riesgos cardiovasculares.
Interferencia política
El momento de la revisión de la AHA también coincide con la presión política en torno a las directrices de salud pública. Se dice que la administración Trump intervino para evitar la publicación de un informe dietético estadounidense que habría vinculado explícitamente incluso el consumo de alcohol en niveles bajos con un mayor riesgo de cáncer, incluidos tumores orales y esofágicos a partir de una sola bebida por día. Esto sugiere que factores externos pueden influir en la forma en que se presentan o suprimen los hallazgos científicos.
Por qué esto es importante
El debate sobre los efectos del alcohol es particularmente tenso debido a los intereses encontrados y la evolución de la ciencia. La reafirmación por parte de la AHA de los beneficios del consumo moderado de alcohol podría verse como un estímulo para el consumo, incluso cuando los grupos de salud pública advierten contra ello. La cuestión central es si los posibles beneficios cardiovasculares superan los riesgos bien documentados, incluidos el cáncer, las enfermedades hepáticas y la adicción.
Esto también plantea interrogantes sobre la influencia del cabildeo de la industria sobre las pautas dietéticas y cómo los formuladores de políticas interpretan los hallazgos científicos. La falta de consenso subraya la complejidad del impacto del alcohol en la salud y la necesidad de continuar con la investigación.
Los hallazgos de la AHA ofrecen un contrapunto a la creciente cautela en torno al alcohol, pero el debate aún está lejos de estar resuelto. Las personas deben consultar con sus proveedores de atención médica para tomar decisiones informadas basadas en sus factores de riesgo personales y su estado de salud general.






















