Las esporas de musgo han demostrado una extraordinaria capacidad para sobrevivir y germinar después de haber estado expuestas a las duras condiciones del espacio exterior durante casi un año. Un experimento reciente realizado por investigadores de la Universidad de Hokkaido en Japón implicó enviar 20.000 esporas de Physcomitrium patens fuera de la Estación Espacial Internacional durante 283 días y luego devolverlas a la Tierra para realizar pruebas de germinación. Los resultados fueron sorprendentes: más del 80 % de las esporas expuestas permanecieron viables y germinaron con éxito, desafiando las suposiciones anteriores sobre los límites de la resiliencia de la vida.
El experimento y los hallazgos clave
El estudio representa la primera vez que se prueba una especie de musgo en condiciones espaciales reales, a diferencia de simulaciones anteriores. Los grupos de control de esporas mantenidas en la Tierra exhibieron una tasa de germinación del 97%, y otro grupo protegido de la radiación ultravioleta también mostró un éxito comparable. Sin embargo, fueron las esporas expuestas a todo el espectro de peligros espaciales (vacío, temperaturas extremas, microgravedad y radiación intensa) las que realmente sorprendieron a los científicos.
Esto es importante porque ya se sabe que los musgos prosperan en ambientes terrestres extremos, incluidos desiertos, campos volcánicos y la Antártida. Esta adaptabilidad parece extenderse al cosmos. El equipo estima que las esporas podrían permanecer viables en el espacio hasta por 15 años.
Por qué es importante la resiliencia de las esporas
La supervivencia de las esporas se atribuye a sus paredes de múltiples capas, que actúan como “protección pasiva” contra los factores estresantes relacionados con el espacio. Esta característica probablemente evolucionó para ayudar a los musgos a colonizar ambientes hostiles en la Tierra cuando la vida pasó por primera vez de los océanos a la tierra. No se trata sólo de musgo; subraya cómo la vida, una vez establecida, puede ser notablemente persistente.
El experimento no prueba la existencia de vida extraterrestre, pero refuerza el argumento de que los componentes básicos de la vida podrían estar más extendidos y ser más duraderos de lo que se pensaba anteriormente. El hecho de que los organismos terrestres puedan soportar condiciones espaciales sugiere que el universo puede ser más habitable de lo que creemos.
Investigaciones futuras y preguntas abiertas
Si bien este estudio confirma la viabilidad de las esporas, el siguiente paso es probar si estas esporas pueden germinar y reproducirse en el espacio. Si se confirma, abriría nuevas vías para comprender cómo la vida podría extenderse a través de distancias interestelares.
Esta investigación demuestra que incluso formas de vida simples pueden sobrevivir en ambientes extremos, lo que tiene implicaciones de gran alcance para la astrobiología y la búsqueda de vida más allá de la Tierra. La capacidad de las esporas para resistir tales condiciones resalta el potencial de que exista vida en lugares inesperados y perdure en vastas escalas de tiempo.
